lunes, 5 de mayo de 2014

Ruta de las Orquídeas, en Jimera de Líbar

Nunca rechazo una invitación que reúna tres ingredientes: amistad, deporte y belleza. Y la de José Tomás Bullón, además, incluía otro factor: conocer a un numeroso grupo de senderistas procedentes de Alhaurín de la Torre, pertenecientes al Club Sendaverde.
Un sábado magnífico, en que realizamos una ruta circular (bueno, más bien ovoidal) que hemos dado en llamar "La Ruta de las Orquídeas", por la gran presencia de estas flores por casi todo el recorrido. Un muestrario bellísimo de orquídeas de pequeño tamaño pero cargadas de colorido y formas caprichosas que bien hacen honor a la etimología de su nombre. Destacaban entre todas las "abejeras" y las llamadas de "Espejo de Venus".
Con las agradables y claras explicaciones del guía sobre el terreno, buscando -eso sí- una buena sombra junto a alguna encina más o menos famosa por sus formas sugerentes, encinas con nombre propio, fuimos recorriendo la Dehesa hasta más allá del Cortijo del Corcho, donde el "aroma" caprino nos hizo continuar raudo ese recorrido en busca de otro tipo de perfumes. Al llegar a la finca del Arroyo del Judío, variamos el camino previsto inicialmente: la presencia de vacas recién paridas era un tanto peligrosa, sobre todo ante un grupo de más de sesenta personas de la especie "Homo Sendericus".
Pero fue un acierto ese cambio, porque allí empezaron a aparecer los primeros ejemplares de otras especies de orquidáceas. Y, siguiendo hasta la barriada de la Estación, donde repostamos las cantimploras en una fuente, llegamos a La Fuente Grande. Allí, un especie de convención de abejas casi impedían acercarse a saborear la frescura de sus aguas.
Y luego, para rematar el recorrido, una ascensión gloriosa por el camino de las Huertas Nuevas. Otras especies de orquídeas volvieron a llenar los objetivos fotográficos, nuevas sensaciones que se vieron colmadas al llegar al polideportivo municipal, donde una orquesta ponía banda sonora y ritmo al montaje realizado bajo unas inmensas carpas: bares, degustaciones, concursos, venta de artesanías, productos de la tierra... un ambiente inmejorable, para saciar la sed y reponer fuerzas, a la vez de disfrutar de la generosidad natural y afabilidad de los Jimeranos y Jimeranas.
Van ahí algunas de las fotos realizadas durante tan gloriosa mañana.


© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.


© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

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