lunes, 26 de mayo de 2014

Los sueños compartidos

Todo ser humano aspira a mejorar su situación, la de su entorno, a hacer realidad un mundo mejor. Sin embargo, esas nobles aspiraciones chocan con la cruda realidad, con la dificultad para plasmar los sueños, con inconvenientes de todo tipo que ponen zancadillas a la realización de los proyectos, causando desánimo y haciendo perder impulso a las inicialmente impetuosas buenas intenciones. Es fácil soñar, pero difícil plasmar los sueños.

Una de las claves para mejorar -uno mismo y, por tanto, su entorno- es saber soñar. No basta con querer hacer las cosas; hay que saber cómo hacerlas. La voluntad sin la inteligencia y el amor es como un triciclo con sólo una rueda: nos llevará a esfuerzos inútiles, recorridos circulares, agotamiento. Saber soñar parte de una base previa: conocer las propias fuerzas y limitaciones, las características del entorno, diferenciar lo posible de lo probable, lo necesario de lo accesorio. O sea, es autoconocimiento y discernimiento.

Y cuando hay otras personas que coinciden en las aspiraciones de hacer un mundo mejor, cuando nuestros amigos poseen cierto grado de madurez interior y perciben del mismo modo la realidad, es posible aunar esfuerzos para realizar lo que podemos llamar los ideales. Un sueño, al fin y al cabo, es un proyecto, fruto de nuestra imaginación, necesidades y aspiraciones. En cambio, un ideal es como un arquetipo: no es creado por nosotros, simplemente lo descubrimos. Podemos hablar de ideales de belleza, de convivencia, de salud... Partimos de arquetipos, de leyes naturales que existen de forma inamovible y permanente; lo difícil es percibirlos, comprenderlos o expresarlos. Esa es labor de los grandes artistas, de los sabios y grandes hombres que han reflejado con su arte o sabiduría la perfección que cíclicamente se expresa a través de las obras geniales. 

El ser humano no crea los arquetipos; simplemente, los puede descubrir mediante la conjunción de sensibilidad, pureza de alma, amor, voluntad e inteligencia. Entonces, el mejor de los sueños es precisamente la plasmación de los arquetipos, la optimización de las estructuras de convivencia y de entorno.No hay ideales diferentes u opuestos. Sólo hay ideales. Lo otro, son proyectos, fruto de la imaginación humana, que se alinearán más o menos con la realidad y sufrirán los vaivenes cíclicos propios de las circunstancias.Claro está, para que un grupo humano coincida en la percepción de estos sueños superiores o ideales, hará falta que sus integrantes compartan cierto nivel de sensibilidad, una cosmovisión similar y una capacidad  moral que les permita llevar a cabo los sacrificios y esfuerzos necesarios para identificar de forma inequívoca los patrones arquetípicos.

En general, la sociedad divulga las ideas más utilitaristas, provincianas, grupales, fáciles. Se busca la comodidad en lugar de la responsabilidad; lo fácil en lugar de lo justo; el corto plazo. Se anteponen las apariencias a la realidad, se manipula la historia, se pervierte el arte, se da prioridad al lujo de unos pocos privilegiados y se condena a la miseria a la mayoría del pueblo. Se crean fronteras artificiales, se mantiene un permanente estado de guerra más o menos camuflada, haciendo de la investigación una actividad orientada más a la rentabilidad que al conocimiento. La excepción es la solidaridad, el ejemplo, lo justo. Se anteponen las leyes (elaboradas para solucionar los problemas del poder) a la justicia. Se anteponen los formalismos al sentido común. Y de la política, ni hablemos. Se ha convertido en una profesión de avispados, en lugar de un sacerdocio del deber al servicio del pueblo. ¿Dónde está el ejemplo? ¿Porqué ahogan la verdad en un mar de mentiras? ¿Porqué convierten los sueños de los pueblos en una pesadilla de odios y violencia, de engaños y manipulación? ¿Dónde se ha escondido la dignidad?

Las excepciones no logran iluminar tan sombrío panorama, el pueblo se está cansando.Y los soñadores, los idealistas, la gente sencilla y de buena voluntad, cada vez encuentran más escollos para realizar sus aspiraciones. El desaliento lleva al aislamiento, y los sueños apenas sobreviven en la intimidad, o en todo caso en el grupo de amigos que abren su corazón para expresar las aspiraciones de su alma. Como un caparazón envuelve a las personas, haciendo la comunicación superficial, vana, vulgar. 

Añoramos otro tipo de comunicación, otro tipo de televisión (¡no tan vulgar!), otro tipo de ciudad. La juventud está perdiendo el norte, sumida en los anestésicos mentales que suponen botellonas, drogas, pseudomúsicas, superficialidad. Creo que nos gustaría compartir otros sueños, que se acerquen a los ideales. Sueños de belleza, de justicia, de Amor (con mayúsculas), de fraternidad. Hoy, que campan a sus anchas las ideas de la separación, hay que proclamar la unión entre los seres humanos y con la naturaleza. Alejar la mentalidad del aislamiento, integrarnos en una armonía que contemple las diferencias y las haga funcionales, como sucede en la naturaleza.Compartir sueños para ser cada vez mejores, ser fuertes para poder ayudar a los necesitados, vivir con ilusión, sentir la felicidad de tener el sol sobre nuestras cabezas y la tierra bajo nuestros pies. Y uno de mis sueños es compartir contigo, amigo/a internauta, algunas imágenes que forman parte de los momentos en que casi, casi, he podido tocar con las manos la luz de un ideal de belleza...


© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.
© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.

© Juan Mayoral Valsera - 2014.




domingo, 18 de mayo de 2014

Lo que dicen los ojos

Hace mucho tiempo encontré una frase escrita en un papel adherido al cristal de un coche. Una frase que me impactó, pues estaba escrita a mano y pegada en el interior del coche para ser leída por los viandantes, con la clara intención de transmitir un mensaje, escrita con letra clara y gruesa: "Procura, cuando hables, que tus palabras sean más bonitas que el silencio".

Esa frase me impresionó, y años después descubrí que un filósofo estoico, el Emperador Marco Aurelio, en su obra "Pensamientos" también había escrito: "Si realmente habláramos cuando es necesario, raramente despegaríamos los labios".

Estas frases sintetizan el valor del silencio y el valor de las palabras; denuncian la logorrea estéril y ensalzan la actitud de serenidad que debe acompañar toda comunicación humana.

Pero además de hablar por la boca a través de las palabras, los ojos también hablan a través de la mirada.

En un sentido romántico, escribió Becquer una hermosa poesía al respecto:

Sabe, si alguna vez tus labios rojos
quema invisible atmósfera abrasada,
que el alma que hablar puede con los ojos
también puede besar con la mirada.

La expresión de los ojos representa el estado del alma. La fuerza de la mirada es la intensidad del pensamiento que se proyecta para apoyar la palabra, y a veces también para apoyar una actitud silenciosa, que también transmite un mensaje en ese lenguaje especial hoy redescubierto: el lenguaje de los gestos.

Los ojos hablan, los ojos dicen muchas cosas que los labios callan. 

Las miradas expresan todo el espectro de los sentimientos y las emociones; hay miradas dulces, miradas rabiosas, miradas expectantes, miradas curiosas... A través de los ojos se puede expresar incertidumbre, seguridad, autoridad, miedo, terror, amor, deseo...

Es de almas grandes mirar a los ojos de los demás, frente a frente, sin esconder la mirada, sin titubeos. Una mirada firme es expresión de una mente segura y estable. Una mirada cambiante lo es una mente insegura, expresa desequilibrio, duda. Por eso, la idea común del hombre sabio está asociada a una mirada clara, mantenida, profunda, que atraviesa el alma. El hombre ignorante o vulgar, y más aún el malvado, esquivará la mirada directa, no querrá enfrentarse a unos ojos potentes que pondrán luz en los lúgubres rincones de su alma, descubriendo sus errores y miserias.

Es una nueva -y vieja- forma de comunicación, que hay que potenciar, enfrentando con claridad las miradas, dejando que fluya la corriente de ideas y sentimientos de la forma más natural. No hacerlo es signo de debilidad, de engaño, de disimulo. Es muy difícil poder mentir con los ojos; ellos son la ventana por la que se asoma el ser interior a este mundo, y también la ventana por la que entran los tesoros de luz que reflejan en el mundo visible los arquetipos y belleza de lo intangible. 

Decía el filósofo Fernando Savater que "real" es aquello "que opone resistencia". Y el flujo que canaliza una comunicación visual, frente a frente, modifica las palabras, obliga a la sinceridad, cristaliza en autenticidad. Es una comunicación más real que aquella que simplemente "digiere" ideas percibidas por el oído o leídas en un papel o una pantalla.

Recuperar los códigos comunicativos naturales, como hacen los pájaros con sus cantos, las fieras con sus rugidos, las nubes con sus relámpagos y truenos... son distintos niveles de expresión de los reinos de la naturaleza. Y lo natural, en los seres humanos, es decir la verdad siempre; la mentira es una enfermedad del pensamiento. Lo natural es actuar y hablar con toda el alma, dejando que se exprese a través de los ojos esa luz que los "niños" pueden percibir; es -sobre todo- ser auténticos. 

Es difícil transmitir estas ideas con imágenes fotográficas, pero sí podemos encontrar imágenes que reflejen la percepción del estado natural, y pensar que lo que el ojo capta del exterior de alguna manera ya está en el interior de la persona, codificado o formando parte del universo interior de las ideas, tan real como el de los sentimientos o las cosas. Imágenes que sugieren cosas, emociones, momentos... dejar que la imaginación juegue con su hermana menor, la fantasía, para ir conociendo un poco mejor este misterioso mundo en el que vivimos.


Espirales, ciclicidad. Un camino natural.

Visión limitada de un mundo ilimitado.

Fuerzas naturales (1)

Fuerzas naturales (2)

Ternura animal

Concentración de armonía y belleza.

Dependencia

Juegos de luz sobre las nubes.

Marina.

El vestido del árbol.

Cuidados maternales.

Soledad y silencio en un claustro (1)

Soledad y silencio en un claustro (2)

Tensión mineral, vegetal y animal.

Reino Fungi (1)

Reino Fungi (2)

Tras la lluvia

Vigilando bajo la lluvia



Un paseo por Guadalupe

Rojo amapola

Máquina de volar.

Hábitat gatuno

Cazando abejas

Reino Fungi (3)

Entorno embellecido

Campanitas moteadas

Construcciones ancestrales

Alturas malagueñas

Fuerzas de fuego y agua

Cuerpos desechados

Agua y viento

Floración

Hélice

Juegos de roca

Libando

Rosa

Cardo

Mi casa, mi refugio

Flores de diseño

Resistencia y desgaste

Rosa

La ventana del artista. Cartuja de Cazalla.

Prohibido prohibir.

Corderos hambrientos 

Parque en Santiago de Compostela

La base del hórreo

De paseo por la playa

Playa de Barreiros (Lugo)

Expresión humana del mármol

Mariposa emplumada

Retorcido en la soledad

Ventana en casa humilde

Los pétalos de la jara

Erguido se ve más lejos

Sujetando la vida

¡Qué ojazos tienes!

Mi inquilina

Luz del cielo abriéndose paso

Pétalos flotantes
Peonía en la Sierra de Juan Diego

Posado de mariposa